Nuestro cuerpo necesita un equilibrio adecuado entre ácidos grasos Omega 3 y Omega 6. Numerosos estudios han demostrado que, dentro de una alimentación equilibrada, los ácidos Omega 3 EPA y DHA son elementos esenciales, teniendo en cuenta que no solo toman parte en el mantenimiento de una buena salud, sino que también están involucrados en funciones vitales.

La ausencia de Omega 3 puede suponer problemas cardiovasculares y cerebrales así como estéticos. Aportando este ácido graso a tu dieta mantendrás la membrana de tus células permeables, mejorando la absorción de nutrientes y promoviendo además la mejora de la salud cardiovascular y las funciones cerebrales.

Estos ácidos mantienen estable la presión sanguínea y proporcionan unos niveles adecuados de triglicéridos, interviniendo además en otros sistemas como el inmunitario o el muscular y disminuyendo la inflamación y el dolor en enfermedades articulares como la artritis.

Por todas estas razones, los ácidos grasos Omega 3 se consideran esenciales en cualquier dieta, sea cual sea el objetivo de ésta.